Te quiero, como un chico de 5 años que
empecinadamente desea ese juguete en la vidriera, te quiero ahora, acá,
en este momento, que si venís ahora tu cara reflejada en mi, va a tener
un sabor diferente.
Te quiero, no te amo, te deseo, pero no te amo,
tu libertad es la mía también, tus ojos son los míos también, te quiero,
no libremente ni con sanidad, sino con la mas extraña sinrazón, con el
mas amargo deseo que no se puede cumplir.
Es esta distancia, la ala que sobre mi cielo
derrumba mil razones para no vivir mi vida, y si vivir sueños, los tuyos
y los míos mezclados.
Es esta distancia, ese no en la cara del padre que niega a gastar plata para un juguete sin sentido.
Es esa flecha que me atraviesa y me deja
clavada, estancada, en una punta del cuadrado vacío de mi existencia,
sin poder ir hacia adelante, sin poder retroceder, solo viendo todo y
todos pasar a lo lejos, como una mariposa ajena al mundo pero castigada
al estar sumergida en el, cuando yo, mariposa errante, solo quiero estar
sumergida en tu piel, en tus ojos, en tu pelo, escondida en la luna
perdida de tu oreja, en tu sangre, y protegida en tus manos…
Te veo acá ahora, sentado en una silla
imaginaria, lanzándome una mirada verdadera, estas acá, sumergido en mi
piel, en mis deseos, en mis pensamientos, tan latente como la sangre que
vibra bajo mi carne, mas vivo que yo, mas vivo que las personas que
corren frenéticas a mi alrededor, mas vivo aun, que las millones de
vidas que sucumben al mundo, mas real que todas estas cosas
verdaderamente sin sentido que me obligan a hacer, como precepto social,
como regla verdadera para triunfar, mas vivo que las mentiras, que las
verdades, mas vivo que la realidad de cristal que a todos nos ahoga en
su brillo de luz mentiroso.
Vivo y acá, en mi cabeza y en cada esquina, cada lugar, cada persona, vivo…
Por: Paloma S. Rebes
Retirado de: Mamihlapintapai
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